Any Cabrera, veterana periodista del servicio en español de The Associated Press, quien cubrió muchas de las historias más importantes de Latinoamérica durante 33 años en la cooperativa noticiosa como reportera y editora, murió repentinamente el lunes en la mañana en su casa de Ciudad de México.
Por su liderazgo y larga experiencia, Cabrera, de 60 años, había sido promovida en junio de 2011 a editora de noticias, uno de los cargos más importantes de la cooperativa noticiosa. Tenía a su cargo la mesa de edición en español, que revisa y edita las noticias provenientes de al menos 20 países de América Latina, España y Estados Unidos, y la coordinación del trabajo de los corresponsales del servicio en Nueva York, Washington, y Miami.
Paramédicos creen que Cabrera murió de un ataque cardíaco. Una amiga, que la encontró el lunes en su casa, dijo que se había estado quejando de una dolencia en el estómago el domingo.
Ana Leonor Cabrera Rivas, conocida por todos por su afectuoso sobrenombre de “Any”, nació el 11 de agosto de 1955 en San Salvador, El Salvador.
“Any era la calmada voz de la razón al otro lado de la línea, la imperturbable editora que sabía qué tenía que hacerse”, dijo Paul Haven, Director de Noticias para América Latina y el Caribe. “Ella era querida por sus colegas y era admirada por todos. Ya la extrañamos muchísimo”.
Cabrera inició su carrera en 1983 como corresponsal de guerra en El Salvador, el pequeño país centroamericano que entonces se encontraba inmerso en una cruenta guerra civil entre las fuerzas izquierdistas del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional y el gobierno derechista.
Sus reportes de la guerra se caracterizaban por su objetividad, transparencia, y por su equilibrio y balance en un país profundamente polarizado y abiertamente en guerra.
Luego de su periplo por El Salvador, dónde también cubrió el proceso de paz, Cabrera fue enviada a Brasilia, donde tuvo a su cargo las noticias del gigante latinoamericano como corresponsal, un país que acababa de salir de una larga dictadura y que apostaba por un modelo democrático.
En 2000 fue transferida a México donde fue nombrada editora de la mesa latinoamericana de noticias y en 2011 fue nombrada editora de noticias con el propósito de que liderara un proceso para mejorar la edición de las historias en español, para que fueran transmitidas con mayor velocidad y para que mejorara la comunicación y coordinación entre los servicios en español e inglés.
Bajo su tutela también quedaron los corresponsales en español en Estados Unidos para que coordinara sus asignaturas y fuera responsable de su contenido.
Gracias a su liderazgo y experiencia, estos resultados se consiguieron en muy poco tiempo.
“Any era una líder natural, una excelente periodista y, sobre todo, una buena amiga para muchos en las décadas en las que estuvo reportando y editando las historias principales de América Latina”, dijo Marjorie Miller. “Era reconocida por la enorme cantidad de conocimientos que tenía sobre la región y por su inteligencia. Es una pérdida para todos en la AP y para el periodismo”.
Los editores y reporteros del servicio en español describieron a Any como una editora rigurosa y muy profesional. Alguien que se preocupaba genuinamente por las necesidades y preocupaciones.
“Desde 2010 tuve el enorme privilegio de trabajar a su lado, codo a codo, pese a la distancia física”, dijo la editora Mayra Pertossi desde Buenos Aires. “Con dulzura y paciencia me enseñó los gajes de la edición, fue mi guía y mi sostén.
Es que Any era no sólo una periodista talentosa y una gran maestra, era un ser humano noble y generoso. Siempre tenía un consejo, una palabra de aliento, un gesto de cariño. Fue mi jefa y más, mi amiga, una madre sustituta”.
“Cuando estábamos trabajando contra el tiempo, Any se las arreglaba para apoyarte para que salieras a tiempo, podía sentir cuando su gente estaba ya cansada con tantas horas trabajando, y te enviaba a descansar un rato, y en medio de coberturas difíciles como terremotos, se preocupaba y te mandaba a preguntar cómo estabas tú y tú familia”, dice Eva Vergara, corresponsal en Santiago de Chile.
Cabrera era reservada con su vida privada pero amaba con adoración a un sobrino nieto y recientemente estaba feliz por el matrimonio de su hija, Carol Beatriz Innis, en El Salvador.
Además de su hija, a Cabrera le sobrevive su hermano Alejandro Cabrera.